jueves, 11 de agosto de 2011

El Steampunk, ¿tendencia, tribu urbana, modismo o filosofía?

I Convención Steampunk España

Desde hace tiempo llevo leyendo en diferentes medios escritos, e incluso viendo en programas televisivos, que los periodistas, esos grandes profesionales de la desinformación, que llegan a soltar grandes frases lapidarias, con el más mínimo pudor de no haberse informado de nada de lo que hablan o escriben, quedándose más anchos que un ocho y creyendo que son los únicos en la faz de la tierra que tienen el poder sobrenatural de tener la única razón, aun bajo ese gran desconocimiento e incultura claramente patente, que denominan a los Steampunkers como “Tribu Urbana”.

La primera pregunta que me salta es ¿Qué se debe considerar como tribu urbana?

Desde que a finales de los 60 en USA, gracias al movimiento de protesta contra la guerra de Vietnam, apareciesen “comunas” protestatarias, Hippies en su mayoría, o los movimientos Mod y Rocker en Inglaterra, han ido surgiendo grandes grupos unificados bajo un mismo nombre, que entre ellos se reconocen por tatuajes, chupas con el nombre del grupo bordado o pintado en la espalda,… y ellos mismos se autodenominaban Familia. Por ello, y con toda la razón de ser, los periodistas de la época los empezaron a denominar Tribus Urbanas, ya que su asentamiento principal era la propia ciudad en la que vivían, enmarcados por zonas que “vigilaban” como suyas.

Con el devenir de los años y las épocas, estas tribus urbanas han ido desapareciendo en su mayoría. Actualmente sólo quedarían muy pocos grupos aislados, de unos 5, 10 ó 20 individuos, de múltiples tendencias, que demuestran esta reminiscencia de hace 40 años, en su mayoría moteros, asociándose por las formas de vestir que llevan por las calles. Pero los actuales periodistas (se deberían llamar neo-periodistas, realmente), tan bien informados y siempre al día, cual político español, siguen llamando “Tribu Urbana”, como si todos los que visten como personaje de manga o anime, se reuniesen todos juntos en un lugar determinado todos los días y se comportasen cual familia entre todos ellos… Francamente, esto hace muchos años que no lo veo. Lo más parecido que en estos momentos conozco son los botellones de fines de semana (que curiosamente a estos, no se les llama tribu urbana, ya que “no visten raros”; si a vestir casi todos ellos con tejanos, camisa lisa y gersey anudado al cuello no es vestir raro, claros esta).

Por tribu urbana, los periodistas españoles (y sólo los de España, curiosamente), entienden a todo aquel que en un momento dado pueden ir vestidos o “cosplayados”, como son las lolitas, victorianos y neo-victorianos, okakus, steampunkers, post-cyberpunkers, recreacionistas napoleónicos, recreacionistas medievales, etc.… y así hasta llenar casi una página completa, sin percatarse que por la calle no suelen ver a gente vestido de esas guisas en el devenir del día a día (francamente, yo no he visto a nadie vestido de victoriano para ir a trabajar, con su corbata ancha con aguja de perla, levita o frac marrón y, sobre todo, su sombrero de copa y bastón con pomo redondo de plata). Hacer creer que todos los frikis de España andan sueltos vestidos de forma estrafalaria (no me mal interpreten, por favor, me refiero a como nos pintan los neo-periodistas de cara al resto de la sociedad), no me parece ni profesional ni ético.


Lo más curioso del tema, ya centrándonos en la materia, la primera vez que salió mencionado el Steampunk en España, hace ya dos años, en un número de el diario El País, no se mencionó el como tribu urbana, sino como tendencia. Se deb tener muy en cueenta blogs o el foros de Steampunk, llevaban poco tiempo de vida, por lo los seguidores manifestados eran (o éramos) pocos por entonces.

A que la “afición” por el Steampunk fue creciendo en seguidores y cada vez más llamaban la atención porque se atrevían a salir haciendo quedadas en lugares públicos, en especial en capitales como Madrid, Barcelona y Santiago (entre otros), esto empezó a llamar la atención a los desconectados y poco informados neo-periodistas, haciéndoles ver una nueva fuente para generar un artículo que vender a su periódico. Es en este momento en el que, por generación espontanea, cual seta campestre, el Steampunk surge como una nueva "tribu urbana" (véase reportaje de La Sexta de noviembre del 2010). Curiosamente este reportaje mencionado, que aduras penas tiene una duración de 15’, realmente estuvieron filmando toda una mañana(unas 4 horas, ahí es ná). El tijeretazo y la voz en off son suficientes para estos neo-periodistas transformen la realidad y reescriban la noticia en lo que ellos creen más conveniente, de cara a su caché y a futuros trabajos “más serias”. Toda una vergüenza, si señor.

Según estos neo-periodistas existe una fórmula muy clara del porque todas estas tendencias y/o modas son tribus urbanas, ya que SU ecuación dice: gente vestida rara de una forma concreta haciendo cosas raras sin ser carnaval repetidas veces = tribu urbana para la tele, de cara a subir audiencia. Esto vende que no veas si es tan visual. Si esto crea una marginación de los que tenemos un criterio diferente, no importa, sólo con soltar una propaganda después, fomentando la tolerancia (en el espacio de propagandas, eso sí, cuando la gente se levanta para ir a la cocina, al cuarto de baño, cerrar la tele, llamar por teléfono,…), su conciencia y su ética quedarán limpias para el siguiente crimen cultural e informativo.

Según criterios de gran parte de sociólogos, una tribu urbana para que sea eso, necesita que sus integrantes sientan cohesión grupal, y que la estética y consecuente ética (o filosofía) sea practicada o entendida por los todos sus miembros, resumiendo a grandes rasgos. Un pequeñísimo detalle que suele olvidarse (o desconocer) por parte de los neo-periodistas.

En las actuales tendencias, esa cohesión "grupal" que tanto interés se tiene que exista, realmente no existe más allá de la identificación con la estética, o simplemente en foros, que como mucho produce algún grupo de amistades. Es decir, no existe ese espíritu romántico de decir "soy sólo Steampunker y lo defenderé a muerte", ni mucho menos el de vestir al estilo Steampunk a diario. Muchos de los aficionados al Steampunk suelen proceder de otros movimientos, o son "sincréticos": mezclan la estética de aquí, tienen una filosofía de vida tomada de allá, hoy se reúne con otros steampunkers y mañana se reúne con su grupo habitual de amistades,...

Y lo que se debe tener muy en cuenta es que el Steampunk es una estética emanada de un género literario, y es la estética lo usualmente practicado, sea puesto en la ropa, en los aparatos “retrofuturistas” o sea aplicado a las Artes, en lo que pueda aplicarse una estética.

Sí que existe una ética o filosofía, que ni siquiera es uniformizada, y no es practicada o en ocasiones siquiera conocida por los que practican la estética, eso es cierto, pero obviada por los neo-periodistas (es que la filosofía no vende; los frikis descerebrados con tendencias sociópatas, mucho). Existen algunas proposiciones generalizadas, como el famoso "convierte lo nuevo en antiguo, y lo viejo en nuevo", o por ejemplo la aparente insatisfacción con el presente que obviamente existe por todos lados manifestada de diversas formas, pero que decide transformar mediante la imaginación el pasado que nos condujo a este lugar (me parece recordar que el 15M generó un movimiento con parte de esta misma filosofía, la insatisfación con lo que ocurre en el presente, curiosamente). Poco conocido, ni aplicado por todos, y no es siquiera una filosofía completa.

El Steampunk es, a nivel español, hasta la fecha, simplemente una estética. Una estética que afecta a la forma de vestir, sólo para ocasiones especiales como son certámenes, jornadas, salones, convenciones, quedadas, fiestas especiales, Carnavales,... También afectar en la decoración, ahora que está ha vuelto a ponerse de moda lo retro y vintage en el interiorismo, o en las Artes plásticas, sean visuales como la pintura/ilustración (ese arte despreciado por la gran masa crítica española, pero que tiene grandes artistas técnica y creativamente), lo audiovisual, la danza, o en otras artes como la música (que aunque parezca mentira exsten varios grupos en España, tanto con varios años de antiguedad, como de reciente incorporación), por ejemplo. Y también en las artesanías, esa gran olvidada en una sociedad consumista, sin muchas nociones del verdadero verdadero de las cosas y devorador del consumismo desproporcionado (lo artesano es caro, lo industrial es barato, pues compro lo industrial y lo de las tiendas asiáticas, que es más barato todavía; no me importa si me va a durar mucho. si se rompe, compro otro).

Es posible que en un futuro aquí en España, para algunos sí se convierta en un estilo de vida, que lo que representa el Steampunk se funda con visiones personales del mundo.

Personalmente no conozco actualmente tribus urbanas que se inhiban del resto de la sociedad, como en los 60 ó 70, pero sí movimientos más o menos estables, como los han existido en todas las épocas de la Historia, como fueron en su momento el dadaísmo o el futurismo, el prerrafaelismo, el Romanticismo...

Sólo me gustaría que los neo-periodistas, bajasen de su apoltronamiento mediático, hincasen los codos como cuando estudiaron su carrera y dejasen de ser pro-funcionarios, e investigasen mínimamente, informándose antes de los que van a hablar o, más correctamente dicho, de lo que van a informar.


Papá Vader.