¿Decepcionado porque no tienes
lo que deseabas?
¿Después de muchos años sigues
con la esperanza de que “algún día” te llegara lo que quieres tener?
Todos
tenemos metas y sueños, unas son racionales otras, pura fantasía.
Pero la
mayoría de las veces es difícil ser fieles a nuestros objetivos.
A Papá Vader
le pasaba lo mismo. Y de vez en cuando le sigue pasando. Papá Vader empezaba
un proyecto, trabando en él durante un rato, días, meses, pero poco a poco perdía
el enfoque, el interés, las ganas, y decidía empezar con otra cosa diferente. Pero
al poco tiempo, volvía a perder el enfoque y volvía a decidir empezar con otra
cosa diferente. Y así una vez tras otra. Cuando Papá Vader quiso ver los resultados
del trabajo realizado, se dio cuenta que había parado y empezado nuevos
proyectos tantas veces que apenas ha avanzado en nada. Y no había terminado
ninguno.
Tranquilos.
A mucha más gente le pasa lo mismo. A mucha más gente de la que pensamos le
pasa lo mismo. Y hay mucha gente que no quiere reconocer o no se han dado
cuenta de que le pasa lo mismo.
¿Cuál es la
diferencia entre los que tienen éxito y los que no lo tienen? Llega un momento
en que todo se reduce a quién puede soportar el aburrimiento de seguir con el
proyecto hasta el final, realizando pasos monótonos todos los días, pero ilusionado por ver el final del proyecto.
Si sólo hacemos
caso a lo que te dicen para conseguir tus metas, dicho la mayoría de veces por
gente que le ha pasado lo mismo que a Papá Vader y que se llenan la boca con la
frase que también, otros que no se han
estancado, de “Todo se reduce a tener pasión por lo que haces”, creo que esta
frase debe ser el motivo de que muchas personas se depriman cuando pierden
enfoque o motivación, ya que creen que la gente de éxito debe de tener una
pasión imparable y una fuerza de voluntad que a ellos les falta. Pero escuchad
bien: esto es una falacia sin fundamento, ya que, como he dicho, es todo lo
contrario.
La gente que
ha conseguido el éxito, tiene el mismo aburrimiento y falta de motivación que
el resto de mortales. La diferencia está en que estas personas que se autocomprometen
con sus metas (aunque esto parezca grandilocuente) y no dejan que sus emociones
condicionen sus acciones, que no se coman la cabeza, dicho de otra manera,
soportando mejor el aburrimiento y aceptando el trabajo aparentemente sin
resultados del día a día, necesario para alcanzar sus metas. La habilidad para
llevar a cabo el trabajo diario cuando no es fácil, es lo diferencia a los profesionales
de los aficionados.
Y si encima
eres bueno haciéndolo, deja de ser aficionado
ya!!
Cualquiera
puede trabajar cuando se siente motivado. Al emprendedor le encanta trabajar
cuando le sobran los clientes y las cosas van bien. Los buenos resultados hacen
que te lances hacia adelante sin miramientos.
¿Pero qué pasa
cuando estás aburrido? ¿O cuando el trabajo no es fácil? ¿O cuando no estás
consiguiendo los resultados que querías?
La
diferencia entre el aburrimiento y la motivación es nuestra habilidad para
trabajar cuando el trabajo no es fácil.
Pero no nos
equivoquemos, pensamos que las metas solo son el resultado, el final del
camino, el momento de tomar el descanso y disfrutarlo. Vemos el éxito como un objetivo
que puede ser alcanzado y completado. Todos hemos oído o pensado alguna vez:
·
Operación Bikini: “Si pierdo diez kilos, tendré
un tipazo para lucir”.
·
El empresario o emprendedor: “Si consigo que mi
empresa o yo salga en Negocios (o Expansión, Cinco Día, Economía), ya he
triunfado”.
·
El artista: “En cuanto mi trabajo se exponga galería
de cierto prestigio, tendré el reconocimiento y el respeto del resto de
artistas”.
Y como estas
frases, podría poner otras muchas frases limitadoras y boicoteadoras de
objetivos.
Si nos
fijamos bien, la gente que alcanza sus metas no son los objetivos o los
resultados los que hacen que tengan éxito, sino el compromiso para con el
proceso de conseguirlo. Cada día al levantarse siente el amor de tu trabajo diario,
con lo que hacen en todo momento, no del objetivo concreto. Ese amor por el
proceso de conseguir el objetivo es lo que nos permite disfrutar de los buenos
resultados. Lo mismo que haríamos para con la persona amada, primero damos
nuestro amor para que esté a nuestro lado y luego seguimos dando el mismo amor,
después de haber decidido estar con ella toda la vida.
Tienes que amar
el proceso de construcción de llevar a cabo ese trabajo diario, en vez de
limitarte a soñar con los resultados que deseas. En otras palabras, enamórate del aburrimiento. Ama la
repetición y la práctica. Ama del proceso de lo que haces y deja que los
resultados vengan solos. Y sólo entonces, las metas llegarán solas y antes de
lo que pensamos.
Papá Vader