Haga el Marhuenda.
Hoy en día está tomando fuerza este dicho popular: “haz un Marhuendas”, “no hagas un Marhuendas”, “eso es hacer un Marhuendas”.
Hoy en día está tomando fuerza este dicho popular: “haz un Marhuendas”, “no hagas un Marhuendas”, “eso es hacer un Marhuendas”.
Si no lo habeis hecho vosotros, algo muy español donde lo
haya, seguro que os habéis encontrado con alguien que se le ha pillado con las manos en
la masa, quedando absolutamente en evidencia, pero aun así, seguro que no solo
lo ha admitido, sino que ha aludido que el culpable eres tu u otra persona no
presente. Esta forma de quitarse el muerto de encima, de negar lo evidente y
las evidencias, de acusar a otro de ser el culpable de lo que le pasa, eso es
lo que hoy en día se le llama “Hacer un
Marhuendas”.
¿Y como se ha llegado a esta expresión? Bien fácil. En la
televisión y otros medios de comunicación, hemos podido ver en más de una
ocasión como los políticos españoles, esas personas que son la insignia del
hacer español, de dar el ejemplo para que toda la población se comporte por
igual, esos ejemplos a seguir que demuestra que el miserable es el que reconoce
los errores y hasta pide perdón por ellos. Son esa gente que nos demuestra que
lo correcto (y lo auténticamente español) es hacer lo que hace Marhuenda, ese
tertulianos de programas casposos de TV que todo lo niega y que a todo el mundo culpa. Hacer un Marhuendas
es cuando alguien es acusado de algo, este acusa al acusador de algo peor. Si
eso no funciona, suele alegar que está siendo víctima de un intolerable ataque
personal. Si eso tampoco da el resultado esperado, es cuestión de ponerse en
jarras (con las manos en la cintura) y muy serio dice «esto es un ataque
clarísimo a España». O cualquier otra escusa para que la gente le crea.
Lo importante es no ser nunca responsable de nada: el
español de verdad no ha tenido culpa de ninguna desgracia desde que Torquemada
quemara a cuantos acusados le dijese el perro del hortelano. Los Marhuendas recurren a los tópicos para salir
impunes de cualquier acusación, en especial el de poner cara de haba y
decir no saber nada de nada.
Pero sobre todo, los Marhuendas no se callan para nada, sino
todo lo contrario: se debe acusar de todo a todo el mundo. ¿Los catalanes? Unos
tacaños separatistas; ¿los vascos? ETA; ¿los andaluces? Unos vagos sindicalistas;
¿los murcianos? De Murcia; ¿los madrileños? Unos cansados que se relajan todo el día en la
plaza mayor tomando café con leche. Tenga siempre a mano un tópico, de esos que
ellos saben que la mayoría se los creen y los lanzan de forma certera contra
sus enemigos. El buen español no se calla nunca, ni se equivoca, ni es el
culpable de nada, ni deja ninguna discusión sin decir la última palabra.
Y si no puede convencer a nadie, se enfada, pone morros, se
da la vuelta con descaro dando la espalda, y con el mayor desprecio que se
pueda, levanta la mano haciendo el gesto de marcharse, como no, soltando una expresión
muy española: “BUF!!” y sale dando
un portazo (si la puerta lo permite, claro está). Y si la puerta se rompe, le
dará las culparas al propietario por poner una chapuza de puerta, o/y al fabricante
por hacer algo tan poco resistente, tan poco español.
¿Cuántos Marhuendas así conocéis? Seguro que más de uno…
Papá Vader
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