Seamos serios, vivimos en un país
que ni permite ni perdona el éxito y aplaude al mediocre.
Hay mucha gente, mediocres según
los preparados, o la gran mayoría según quien lo esté diciendo, que suelen
medir todo con la misma frase, a saber de que mente poco capacitada ha podido
salir, de “tu éxito es mi fracaso”, por lo que no permiten que nadie triunfe, que
nadie tenga éxito. Y si lo permiten, es para ver a un Homer Simson, uno de
ellos, sea el que triunfe durante un lapsus mínimo de tiempo, lo suficiente para
algrarse un instante y volverse a alegrar, más si cabe, cuando este se estampa
contra el suelo.
Es el síndrome Homer, tan afincado
en nuestro alrededor, y así nos va.
Esta postura tan absurda, me
recuerda el chiste aquel que…
“En el mercado un vendedor de cangrejos,
tenía dos grandes tinajas; una ponía ‘Cangreos alemanes’, y en el otro ‘Cangrejos
españoles’. La tinaja de los cangrejos
alemanes estaban tapados y la de los españoles estaban abierta. Viendo
esta curiosidad, el cliente que pregunta para saber por qué esta diferencia. El
vendedor le dice: “los cangrejos alemanes se organizan, se ayudan, subiendo
unos encima de otros consiguen salir de la tinaja y, si no la cierro, se me
escapan. Sin embargo, los cangrejos españoles no permiten que ninguno
consiga subir, en cuanto uno sobresale ellos mismos tiran de sus
patitas y lo hacen descender. Por eso no me hace falta tapar la tinaja.”
Y es por eso
que nos olemos encontrar, tanto en la vida cotidiana, como actualmente en la
vida política, esto mismo a diario; en cuanto alguien sobre sale por encima del
resto, se le pone el pie encima y se le hace bajar hasta el barro. Y en cuanto
más preparado estás, menos te dejan subir, alguien que, sin duda añguna para
los mediocres, es un enemigo a eliminar.
Y el caso
más flagrante es ver que existe una gran mayoría de parados en España con unas
capacitaciones por encima de la media, tanto en estudios académicos,
profesionales y de experiencia, que se le niega el puesto de trabajo, por múltiples
excusas, a cual más absurda.
Un ejemplo.
Vamos a suponer que una persona con ha tenido durante más de 5 años un puesto
de trabajo de mando intermedio, a nivel de jefe de departamento (director
administrativo, de producción, de ventas,…), si buscas un puesto de trabajo
acorde con tu nivel profesional se puede encontrar con frases como estas: “no
tiene la experiencia suficiente para el puesto solicitado…”, “aunque buscamos a
alguien con más de 5 años de experiencia en el puesto de director, buscamos a
un joven sobre los 25 años…”, y así podemos seguir con infinidad de
contestaciones absurdas.
Pero si lo
que hace es buscar un puesto por debajo de sus posibilidades, ya que necesitas
el trabajo, te puedes encontrar con contestaciones e este tipo “está demasiado capacitado
para el puesto que ofrecemos…”, “Si le contrato, mi puesto de trabajo puede
peligrar, jajajajaja…”, “aunque buscamos a alguien con experiencia, no queremos
tanta experiencia…”, “Hace mucho tiempo que no ha sido ‘trabajador base’, por
lo que no tiene suficiente experiencia…”, “Buscamos a alguien con su experiencia
pero con menos de 25 años,…” o el peor de los casos, cuando es el dueño el que
hace la entrevista de trabajo: “Con este curriculum, no puedo contratarle, ya
que seguro que en breve me pedirá un aumento de sueldo que no se lo daré y se
marchará, por lo que deberé hacer de nuevo un proceso de selección que me
comporta mucho trabajo…”
Estas
absurdidades me recuerda que hace algo más de 20 años apareció en Barcelona un
anuncio de trabajo, en el diario La Vanguardia, que fue muy comentado en muchos
ámbitos, por el nivel de absurdidad (y no, no fue un error): “Se busca recepcionista
de 20 años, con una o dos titulaciones universitarias, con un muy alto nivel de
inglés, francés e italiano, valorándose también sepa el alemán”.
El
mediocrismo se asienta cada vez más a nuestro alrededor…
Y si encima
estas entre los que están en esta situación y no has encontrado trabajo en
años, los que se alegran de tu “fracaso” (o mejor dicho, de “su triunfo”), te acusan
de ser un inútil, inepto e inadaptado…
En cuanto se
dice una mentira, unos rumores perniciosos en contra de alguien, es muy difícil
que la verdad limpie esa mancha.
Y si entramos en algunos ambientes, ya no políticos españoles (es
que perfídico a más no poder), sino en los de ocio, nos podemos encontrar con
innumerable gente gris que gestionan su influencia a base de urdir insidias,
tejiendo grandes mantos de mentiras que como una red tiran sobre quienes llegan
con aire nuevo, ideas originales, ganas de tirar adelante, y que no les cuesta
nada señalarles con el dedo.
Tengamos muy en cuenta que son los mismos Homer, siempre los
mismos, los que no quieren que nada cambie. Los que no quieren dejar que el
cangrejo de al lado suba más que ellos y solamente apoyarán, ayudarán,
respaldarán, a quienes se dejen manejar.
Por suerte lo que no te mata te hará
más fuerte. Y quizás aquéllos no saben que sus ataques han
servido para darles la razón y que, más pronto que tarde, el resto de gente,
cansada de estas historias (porque, si, cansa hasta a muchos no-tan-mediocres),
empiece abandonar a los cangrejos que tiran hacia abajo y empiecen a unirse
para posar por encima de ellos. Es cuestión de tiempo, pero poco tiempo.
Papá Vader.
No hay comentarios:
Publicar un comentario