Hace unos
días, en Ciudad Vader, ha habido huelga de transportes. Duró poco. Ya se ha
encargado Papá Vader de ello.
Pero esto
me permitió poder observar como había gente que no estaba muy sana, muy cuerda,
más gente tocada de lo que podemos ver a diario.
Gente que
por el hecho de entrar en el metro, tenía sudores fríos, boca reseca, en
definitiva, miedo a coger el Metropolitano de Ciudad Vader.
¿Pero
existe miedo a eso?
Uy! Y tanto,
y lo más curioso, es que hay mucha gente que tiene miedo a eso y a otras fobias
similares.
¿Qué significa
o que es Fobia? Para los que no cogéis un diccionario ni miráis las palabrejas
ni por internet, ni que de ello os dependiera la vida: Fobia es temor intenso e IRRACIONAL, de carácter
enfermizo, hacia una persona, cosa o situación. Es una palabra derivada de Fobos,
que en griego antiguo significa «pánico», hijo de Ares y Afrodita en la mitología
griega, la personificación del miedo.
Pero si
observamos por la calle, ya no sólo en los transportes públicos, podemos ver a
mucha gente muy “fóbica” que necesita que le hagan un chequeo rápido. Pero
según ellos, están muy bien y no necesitan ir a los loqueros.
Desde hace
tiempo veo a mucha gente que tiene agorafobia (miedo a los lugares abiertos).
El término de agorafobia, viene de la palabra griega “agora” que significa
lugar del mercado. Es gente que solemos ver
que camina como mucho a medio metro de las paredes de los edificios, que si te
cruzas con ellos, no se apartan, esperan a que seas tu el que te apartes y le
dejes caminar pegado al edificio, y que
cuando tienen que cruzar la calle, esperan pegados al edificio y cruzan de
forma muy rápida, como si fuese a cambiar rápidamente el semáforo. Se trata del miedo, fobia, más común. La gente que lo sufre son aquellos que
cuando llegan a casa, no salen a pasear,
ni a centros comerciales (“eso es una aberración que no deberían haberlos permitido
hacerlos nunca”). Sólo se suelen desplazar para ir a otra casa o a lugares
relativamente “seguros”, cerrados en cierta medida. Si no tuviesen que
conseguir dinero para subsistir, no irían a trabajar, por lo que eligen
trabajos de oficinistas y en despachos que no sean diáfanos. Curiosamente es la
fobia que más frecuentemente se presenta en mujeres que en hombres.
No
encontrarse en un lugar seguro, relativamente a cubierto, les produce una ansiedad.
Esta ansiedad puede tenerla incluso al encontrarse entre multitudes, por tener
que realizar viajes cortos o largos (e ir en Metro es horroroso para ellos, ya
que debe viajar y estar en un lugar público). Los agorafóbicos son gente que
tienen miedo a estar en un lugar del que sea difícil salir, el temor a perder
el control en un lugar público, sentimiento de indiferencia o de abandono por
parte de los otros o estar sólo (Aunque hayan miles de personas a su alrededor,
si no conoce a nadie, se considera estar sólo), por lo que rápidamente tendrá una
sensación de abandono,… empiezan a tener sudor frio, escalofríos y temblores con
palpitaciones, llegando a tener sensación de mareo y asfixia...
Pero
también podemos ver a “los contrarios”, a los que sufren de claustofobia, a un
miedo irreal a los espacios cerrados, en especial a los ascensores, coches,
autobuses, metro (o vaya, otra vez, a estos también!!...). Esta fobia puede ser consecuencia de una mala
experiencia, como por ejemplo, haberse quedado encerrado en un ascensor o un
armario de pequeño.
Seamos un
poco más serios y no tan generalistas. Los clautofóbicos no tienen porque tener
miedo al espacio cerrado en sí mismo, sino a las lo que su imaginación le dice
que puede pasar por estar en ellos, como por ejemplo a quedarse encerrados para
siempre o a morir asfixiados, debido a que creen que no hay suficiente aire en
espacios cerrados.
Cuando los
vemos en el metro, son fácilmente reconocibles. Mientras que los agorafóbicos
se van a buscar rápidamente una silla o una esquina que le resguarde, los
claustofóbicos se sitúa cerca de las puertas de salida y no hay manera que se muevan,
ni aunque salgan todos los viajeros del vagón a la vez y en tropel; prefieren
que se les pase por encima a abandonar su posición estratégica. Los síntomas son
exactamente los mismos que los de la agorafobia: empiezan a tener sudor frio, escalofríos
y temblores con palpitaciones, llegando a tener sensación de mareo y asfixia...
Pero aun
podemos encontrar otra fobia más en la gente que vemos y conocemos (…uy! Y a lo
mejor en nosotros mismos, ups!!!).
Todavía me
queda por comentar la fobia social. Este miedo se ve cada vez más en nuestra sociedad. Y aunque parezca
mentira, de estos conocemos todos a muchos. ¡Ah, por cierto! A estos tampoco
les gusta el transporte público, el metro, ya que tienen miedo que se fijen en
ellos, que opinen a escondidas de ellos, o que les pase algo que puedan hacer
el ridículo (como caerse o hacer un traspiés), y le crispa ver como hay gente
que habla con el de al lado, después de haberlo mirado (accidentalmente). Son
gente que quieren ser aceptados por todo el mundo les da miedo hacer el
ridículo o no ser aceptados, incluso por desconocidos. Y ya no digo nada cuando
tienen que hablar en público (¿Por qué me miran, por lo que digo o porque otra
cosa? - ¿Me están escuchando o hacen ver que me escuchan? - ¿Y si saben más que
yo del tema? - ¿Qué me dirán al final de mi ponencia? - …). Y si realmente no
son aceptados, siempre buscarán a un culpable, para sentirse mejor.
En resumen, la fobia social temen las
siguientes situaciones: interacción pública, como hablar en público, intervenir
en grupos pequeños; tener que relacionarse de forma informal, como iniciar o
mantener una conversación, recibir críticas, relacionarse con el sexo opuesto;
tener que hacer interacciones asertivas, como expresar desacuerdo, mantener las
propias opiniones; y sobre todo, situaciones donde se es observado, como comer,
beber, trabajar delante de otros, usar los servicios públicos…
Mientras que en los dos anteriores los síntomas eran escalofríos y temblores con palpitaciones, llegando a tener sensación de mareo y asfixia..., aunque este también los tiene, la forma visual más rápida de detectarla es que el que lo sufre puede tener, además el rubor.
Por ello,
por amor al lado oscuro (o al intermedio
o la luz, me da absolutamente igual), si tenéis estos síntomas, no dudéis
en ir a que un experto os ayude. Que después los que estamos cerco lo sufrimos
innecesariamente.
Saludos.
Papá Vader.
No hay comentarios:
Publicar un comentario