Como ya
sabemos, el buen rollismo sigue estando de moda. Cada vez menos, ya que la
gente ha empezado a darse cuenta de ellos, pero sigue estando de moda
El buen
rollismo por delante, pero las puñaladas traperas por detrás.
Y entre
estos “buenos buenísimos”, amigo de sus amigos y nunca están haciendo nada… a
la vista, podemos encontrar a los manipuladores de trastienda.
¿Y que es un
manipulador de trastienda?
Son aquellos
que a solas, “en la trastienda de la bodeguilla”, con un vaso de vino, cerveza
o cualquier otro elixir “hipnótico”, va socavando la personalidad del débil,
para que se convierta en “su portavoz”, en su gladiador, en el sacrificio de
los dioses de la hipocresía y de la traición.
Todos conocemos
muchos de estos, demasiados diría yo, algunos reconocibles, otros, hasta que no
te la “meten doblada” no los ves ni llegar. Son aquellos que te ponen buena
cara y bonita sonrisa, te adulan y te dicen lo “bueno que eres” en esto y en
aquello. Podríamos definirlos como “excesivamente” empalagosos, demasiado
dulzones y almibarados, como aquellos pastelitos que te acaban dando acidez en el
estómago de forma inmediata y caries en los dientes, a la corta.
Se
peculiarizan en que siempre te dicen lo que realmente quieres oir, no la verdad
dura y cruel, aunque después puedas escuchar que al de un poco más allá comenta
que tu eres todo lo contrario de cómo te ha dicho a ti que eres.
Pero vayamos
por parte, Jack.
Esta gente “fuera
de la trastienda”, suele ser muy callada. Curiosamente siempre están cerca del
conflictos, pero que cuando empiezan, se quedan rápidamente en segundo o tercer
plano. Son los que “misteriosamente” convencen de forma muy rápida a algún
exaltado, para que se lancen a la arena del circo romano, sólo con el taparrabos,
para que sea el primero en arremeter contra otro; y todo para salir más tarde
como el pacificador, el “salvador” de la situación. Pero no os engañéis, la han
provocado y la han dominado desde el principio hasta el final. Sus “manipulados”
son como peones de ajedrez, como pañuelos de papel; desechables y consumibles
en el fuego de la estupidez.
Son aquellos
que nunca se mancharán las manos y aun pudiésemos demostrar que ellos han
manipulado a la gente, siempre les queda decir aquello de “ellos (los
manipulados) son los que han tomado la decisión, yo sólo ha comentado una
opinión”.
Si conoces a un manipulador de trastienda,
ten en cuenta que realmente es una variación, muy cobarde, del “manipulador psicológico ”
(http://papavader.blogspot.com.es/2014/05/gente-toxica-como-detectar-un.html).
Lo detectarás rápido porque te ofrece de
palabra todo lo que necesites y él lo tienes. Poseen una verborrea muy
sofisticada, que “encanta” a los “menos agiles”, y muestran humanidad,
tolerancia y simpatía. Empatizan rápidamente con su interlocutor y hará creer
que sus palabras son tuyas. Se presentan ante ti como víctimas
de lo que está pasando. Son derrotistas, negativos, extremos,
llorones, teatreros y desgraciados. Jorr!, ¡es que todo les pasa a ellos!... El
mundo está muy mal repartido y todas las desgracias caen sobre su persona.
Ellos obran siempre bien, mejor que nadie, no cometen errores, son educados y
prudentes. Aunque es su percepción, e intentarán hacerte creer que es así, que
son unas víctimas de los malos malosos.
Mienten más que parpadean. Y encima exigen
que seamos totalmente sinceros con él, o todas las desgracias
te caerán a ti… aunque de entrada te puede caer una bronca descomunal y sin
comertela, por no decir todo lo que sabes… Mienten de tal manera que son
capaces de la avioneta que está volando sobre vosotros, realmente es una vaca
voladora y, desgraciadamente, te lo acabarás creyendo.
Una vez ha terminado el conflicto para el
cual te ha utilizado, no querrá rendir cuentas y, tenlo muy claro, siempre
demostrará que tu eres el único culpable
de lo que ha pasado; haya sido él el ganador o el perdedor, da igual, Lo serás siempre,
aunque demuestres que él se está equivocando. Y si es preciso, vuelve a liarlo
todo, para que así parezca.
Olvidémonos de ellos, y en la medida de lo
posible, alejémonos de su camino. Pero una vez se han asentado en tu regazo, quitártelos
de encima son difíciles. Sólo te quieren para usarte como arma arrojadiza y si consiguen
usarte, los tendrás como una sombra detrás de ti, si no tienes previsión de
tratarlos con total indiferencia, diga lo que diga de ti a los demás.
Papá Vader.
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