sábado, 13 de septiembre de 2014

El pais de los Marhuendas




Haga el Marhuenda
Hoy en día está tomando fuerza este dicho popular: “haz un Marhuendas”, “no hagas un Marhuendas”, “eso es hacer un Marhuendas”.


Si no lo habeis hecho vosotros, algo muy español donde lo haya, seguro que os habéis encontrado con alguien que se le ha pillado con las manos en la masa, quedando absolutamente en evidencia, pero aun así, seguro que no solo lo ha admitido, sino que ha aludido que el culpable eres tu u otra persona no presente. Esta forma de quitarse el muerto de encima, de negar lo evidente y las evidencias, de acusar a otro de ser el culpable de lo que le pasa, eso es lo que hoy en día se le llama “Hacer un Marhuendas”.


¿Y como se ha llegado a esta expresión? Bien fácil. En la televisión y otros medios de comunicación, hemos podido ver en más de una ocasión como los políticos españoles, esas personas que son la insignia del hacer español, de dar el ejemplo para que toda la población se comporte por igual, esos ejemplos a seguir que demuestra que el miserable es el que reconoce los errores y hasta pide perdón por ellos. Son esa gente que nos demuestra que lo correcto (y lo auténticamente español) es hacer lo que hace Marhuenda, ese tertulianos de programas casposos de TV que todo lo niega y que a todo el mundo culpa. Hacer un Marhuendas es cuando alguien es acusado de algo, este acusa al acusador de algo peor. Si eso no funciona, suele alegar que está siendo víctima de un intolerable ataque personal. Si eso tampoco da el resultado esperado, es cuestión de ponerse en jarras (con las manos en la cintura) y muy serio dice «esto es un ataque clarísimo a España». O cualquier otra escusa para que la gente le crea.


Lo importante es no ser nunca responsable de nada: el español de verdad no ha tenido culpa de ninguna desgracia desde que Torquemada quemara a cuantos acusados le dijese el perro del hortelano. Los Marhuendas recurren a los tópicos para salir impunes de cualquier acusación, en especial el de poner cara de haba y decir no saber nada de nada.


Pero sobre todo, los Marhuendas no se callan para nada, sino todo lo contrario: se debe acusar de todo a todo el mundo. ¿Los catalanes? Unos tacaños separatistas; ¿los vascos? ETA; ¿los andaluces? Unos vagos sindicalistas; ¿los murcianos? De Murcia; ¿los madrileños? Unos cansados que se relajan todo el día en la plaza mayor tomando café con leche. Tenga siempre a mano un tópico, de esos que ellos saben que la mayoría se los creen y los lanzan de forma certera contra sus enemigos. El buen español no se calla nunca, ni se equivoca, ni es el culpable de nada, ni deja ninguna discusión sin decir la última palabra.


Y si no puede convencer a nadie, se enfada, pone morros, se da la vuelta con descaro dando la espalda, y con el mayor desprecio que se pueda, levanta la mano haciendo el gesto de marcharse, como no, soltando una expresión muy española: “BUF!!” y sale dando un portazo (si la puerta lo permite, claro está). Y si la puerta se rompe, le dará las culparas al propietario por poner una chapuza de puerta, o/y al fabricante por hacer algo tan poco resistente, tan poco español.


¿Cuántos Marhuendas así conocéis? Seguro que más de uno…



Papá Vader