viernes, 31 de marzo de 2017

¿Estudio o Taller de Pintado?




Siempre me ha parecido extraña la palabreja “Estudio” usada en el mundo del profesional artesano, tanto por un pintor que vende su trabajo, como por un fotógrafo, siendo ambos, desde mi humilde punto de vista, trabajos intelectuales y manuales muy diferentes.



Por ello he estado buscando la definición de la misma, así como consultado con diferentes intelectuales y artistas plásticos, para que me lo expliquen y pueda entenderlo.



Y de eso va este artículo, de mi comprensión (que a veces es diferente a lo que entiende otra gente) sobre que es Estudio de pintura, bien sea de cuadros, miniaturas o grafismo y la diferencia respecto a Taller. 

Tras las consultas que he realizado, me ha quedado clara la diferencia entre ambos, pero que entiendo que para otras personas puede ser a la vez difusas dependiendo de quien quiera usar las palabras, en especial porque viste mejor “estudio” que “taller”, y porque hoy por hoy está de moda usarla. Lo que es cierto es que para diferentes artes plásticos, es más adecuado hablar de estudio que taller, pero también es más adecuado hablar de taller que de estudio.



Pero entremos en materia y no en divagaciones.



Por “estudio” se debe entender (o eso creo yo y unos cuantos profesionales y artesanos plásticos) a un espacio habilitado para el estudio, para ciertos trabajos más de índole intelectual que manual. Los artistas del color, pintores en general, utilizan este espacio para realizar sus ensayos y pruebas de cara a un futuro trabajo.  Es más un lugar donde se realizan trabajos no remunerados.



Por otro lado, debemos entender por “taller” (o eso creo yo y unos cuantos profesionales y artesanos plásticos) a un espacio dedicado a realizar un trabajo manual o artesano más manual y productivo. Pero es evidente que en un taller también se realizan experimentaciones y estudio de nuevas técnicas, pero siempre enfocado de cara a la producción de artículos a los que se dedica el profesional o artesano. Es más un lugar donde se realizan trabajos remunerados.



Es por ello que podemos encontrar a pintores que hablen de su “estudio”, teniendo una realización muy parca en cuadros, pero de gran plasticidad debido a ese constante estudiar y ensayar de las técnicas a utilizar, con una escasa o nula opción a la venta de este trabajo. Y otros pintores que tienen taller, ya que suelen ser artista que realizan una gran cantidad de trabajos de una misma técnica o técnicas, muy enfocado a la venta de esos trabajos realizados (Miró y Picasso no tuvieron nunca estudio, pero si taller).



Curiosamente los fotógrafos, debido a que no producen manualmente un trabajo, sino que se dedican a “jugar” con la luz y el movimiento, no tienen taller y si estudio. Y donde producen sus trabajos para después venderlos, se llamaba laboratorio. Aunque actualmente los las tecnologías digitales, la zona donde tienen el Computador y la Impresora, suele llamarse Taller (¿casualidad?).



En definitiva, lo que he llegado a entender de cada uno de los dos conceptos es que “Estudio” es para técnicas y estilos (pruebas y ensayos),  y el “Talles” es para la producción de un trabajo remunerado.



Es mucho más habitual encontrarnos con que los artesanos tengan un taller y que el estudio sea más un aula para el aprendizaje de cara al propio artista o a nuevos aprendices.



Aunque está claro que “Taller” también se le denomina a un curso o cursillo en el que se enseñan técnicas de alguna materia plástica, pero siempre por medio de prácticas.



Papá Vader

martes, 28 de marzo de 2017

Esos tipos odiosos que Papá Vader no soporta





Últimamente Papá Vader está tranquilo consigo mismo y perdona al resto de la humanidad de lo que pueden llegar a hacer en el día a día. Pero Papá Vader sigue sin soportar a un tipo determinado de gente. Los perdona, pero no los soporta.



Ni Papá Vader ni la gente con más de tres dedos de frente y un saber hacer mínimamente decente.



Hay grandes motivos, experiencia lo llaman algunos, por los cuales la paciencia no logra alcanzar esos niveles que quisiéramos tener, por lo que solemos terminar alejándonos sin dar explicación alguna de ciertos personajes (ni hace falta explicárselo a nadie, y mucho menos a ellos), antes que nos saquen de quicio y rompamos alguna norma interna que podamos tener (usar el lado oscuro para estrangularlos a distancia, puede ser una de las consecuencias).



Cierto es que todos somos algo molestos en un momento determinado, nadie se salva de ello , pero es que hay ciertos individuos que no sólo no hacen nada por evitarlo, sino que lo hacen con saña y alevosía, personajes que son irritantes siempre o, simplemente, no aportan nada a nadie de los que le rodean; incluso restan aportes al resto  de la humanidad.



No a todo el mundo le desagrada el mismo tipo de gente, faltaría más. Por ejemplo, los odiosos que os voy a explicar, odian a los rectos, a los que triunfan y los que saben hacer las cosas. O sea, lo contario que ellos.



En este caso pongo 4 tipos, los más característicos, que prácticamente engloban a todos los tóxicos en general y los que, por desgracia, últimamente solemos muchos encontrarnos.





Los que no cumplen su palabra.

Confiar en alguien suele ser un acto de fe entre personas, para unos es algo más fácil que para otros, ya que la vida nos va enseñando a base de tropiezos que no todas las personas, pocas, son de fiar.



Existen muchos individuos  con mucha cara dura que se acercan a nuestras vidas ofreciendo humo. Estos individuos (me niego a llamarlos personas), no tienen escrúpulo alguno en incumplir su palabra, sus promesas, prometiendo mil cosas que saben que jamás van a cumplir. Nos hacen muchas promesas falsas, que terminan cayendo en saco roto por su propio peso, realizadas para conseguir algo de nosotros para su beneficio. O simplemente con el fin de querer aparentar a alguien que no serán nunca.





Los que lloran por todo.

Este aparentemente es opuesto al primero, pero podemos encontrar a ambos perfiles en un mismo tipejo. Estos van siempre llorando por todo y en especial de que todo el mundo le hace eso o le hace aquello, o que todas las desgracias del mundo les pasa nada más que a ellos.



Son especialistas en crear mal rollo allí por donde van, de poner a unos contra otros a base de sus lloros y quejas, como si el ambiente a su alrededor se volviese oscuro, tétrico y mal oliente.



A veces, pocas, este tipo de personas son así porque les ha pasado realmente algo malo, que se la han hecho pasar canutas. Pero en la mayoría de los casos son gente que, como en el tipo anterior de los que no cumplen con su palabra, buscan obtener algo de los que les rodean, un beneficio, conseguido por dar lástima, una lástima falsa e irreal.





Los envidiosos

Los tipejos, a darse la mano con los que no cumplen la palabra, que más repelús pueden llegar a dar, son los que envidian lo que hacen otros, los que critican y buscan lo negativo de las personas.



Estos individuos (tampoco puedo llamarlos personas), suelen expresar en la sombra y en “le petit comité” barbaridades de otro, de nosotros, diciendo que no son de fiar, que son ladrones, estafadores, caraduras, bla, bla, bla,… Y todo porque tenemos o hemos conseguido algo que ellos anhelan tener y conseguir.



Realmente esta gente se piensan que eso nos ha llegado por poder divino, por enchufismo, por amiguismo. Por norma general son gente que se sientan a esperar a que les pase a ellos, “sin pegar ni el sello”. Y por el simple hecho de ponerse a hacerlo, evidentemente no lo consiguen. Y como no lo consiguen, somos los demás los que le hemos quitado el triunfo, quien le han quitado ese premio de esa forma tan injusta, que somos unos mangantes porque él no está en la organización de un evento, somos los que le hemos arruinado la vida por no hacer lo que ellos querían que hiciésemos,…







Los que se creen superiores al resto de la humanidad

Y por último me quedan los que miran por encima del hombro a todo aquel que considera no digno de vivir, los que se sienten superiores al resto de la humanidad, por el simple hecho de creerse que saben hacer algo que los hacen los mejores seres humanos y a veces hasta casi unos santos o súper héroes.



De estos podemos hacer una lista sin fin, pero se reconocen porque se creen que hacen algo infinitamente mejor que otros. Y si se encuentran con otro que lo hace mejor, aparece la vena envidiosa y se dedicarán a menospreciarlos y, si pueden, a hacerles el vacío social.



Y los peores dentro de este grupo, son los que se creen con el único derecho inalienable de decidir que tenemos que decir y que hacer, y no nos olvidemos de que también so los que deciden como debemos hacerlo, como si fuesen dioses que pueden decidir si vivimos o si no merecemos seguir viviendo.







Pero recordad: Para no caer en su mismo nivel ni en su juego, lo más importante, mis jóvenes padawanes, es la tolerancia y el respeto incluso para estos tipejos. Un maestro jedi que tuve hace ya muchos años, me comentó que para evitarlos, lo mejor es cambiar de cera y seguir nuestro viaje en la misma dirección.



Papá Vader.



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