sábado, 30 de mayo de 2020

Si los zombis te pillan, zombi te quedas


Imagen de la serie Walking Dead

Vamos a morir todos

La expresión de un amigo, cuando sale por primera vez con su hijo pequeño a pasear, dentro de la Fase 0, en la desescalada de la pandemia del Covid-19.

¿El motivo? Sale a la calle a las 18h del primer día de poder salir las criaturas a pasear, y se encuentra a cientos de personas, adultos todos, sin respetar la distancia de seguridad, saludándose efusivamente, sin mascarillas y sin guantes. Y doy fe de ello, ya que estábamos en una video conferencia por el móvil los dos.

Antes de esta pandemia pensaba que la irresponsabilidad era el patrimonio de unos pocos. Hoy sé a ciencia cierta que es la enfermedad de casi la mitad de la población.
Una pandemia peor que el Covid-19

Es cierto que las actuaciones del Gobierno de España no han sido las más rápidas, pero si que han sido reconocidas por la OMS como una de las más acertadas (por lo menos una de las más acertada en Europa), y no hemos tenido más fallecidos gracias a ello, a fecha 30/05/2020.
(NOTA en rojo los datos a fecha 13/07/2020).
En España hemos tenido unos 27 mil fallecidos (28.400).
En Brasil, unos 28 mil fallecidos (72.200).
En Francia unos 29 mil (30.000).
En Italia, unos 33 mil (35.000).
En Reino Unido han tenido  unos 38 mil (44.800).
En Estados Unidos, unos 104 mil (137.800).

Y aun así, los partidos de derechas, la oposición al actual gobierno, siguen insistiendo que somos no sólo los que más fallecidos tenemos, sino que ha sido el Gobierno de España el único culpable de la pandemia (y supongo que también han sido los que han puesto a Maduro en el poder de Venezuela y los que mandaron matar a Kennedy).

No hay que estar orgullosos de como se ha llevado esta pandemia.
Evidentemente, “a tiro pasado” podemos asegurar que se podía haber hecho mucho mejor.
Algo absolutamente nuevo y que ningún país del mundo sabía, ni sabe, como combatir con un problema como este, decir ahora que se podía haber previsto y que se poder mejorado, es hablar por hablar, es tirar piedras sobre nuestro propio tejado, es demostrar nuestra poca inteligencia y solidaridad con los que se han esforzado en frenarlo y en reducirlo.
Es la forma más clara de demostrar lo egoístas que llegamos a ser y lo poco que damos por nuestros convecinos.
Y sobre lo de que “se podía haber previsto”, como ha soltado más de un político descerebrado, es lo mismo que decir que “dime los números que saldrán en la lotería de esta semana que viene, para hacerme millonario, gracias”.

Todos hemos visto por los informativos que hay manifestaciones de gente de un nivel adquisitivo alto, que se creen con derecho a todo, que al prohibirles (por su bien) que puedan desplazarse, consideran que se les está coartando la libertad.
No, eso no es libertad, es libertinaje.
El egoísmo sumo de una casta de personajes que sólo creen en su poder, en el poder del dinero, en el “poder hacer lo que le dé la gana”, en el “primero yo, después yo y por último, si queda algo, los demás”.

La gente que no ve más allá de la punta de su nariz, o de su bolsillo (dependiendo de su status económico), les encanta que les den la razón, aun no la tengan, por lo que se cubren ese punto de irresponsabilidad con frases lapidarias como:
- El gobierno venezolano que tenemos nos coarta las libertades y no nos deja irnos de fin de semana a nuestra segunda residencia.
- Estamos en una dictadura que nos tienen encerrados como en guetos.
- Si no he pillado el coronavirus es porque estoy inmunizado.
- A mí no me va a pasar. Soy diferente a esos imbéciles.
- Si nadie se entera, podemos montar un fiesta de cumpleaños, que no pasa nada.
Y otras perlas por el estilo

Una forma clara de no tener ni idea de lo que está pasando, de las repercusiones y de lo que llegará a ser, tanto a nivel sanitario como económico y, también, político.
Esto es un terremoto que está removiendo todos los cimientos de la “normalidad” que tanto añoran esta gente.
Y a partir de ahora, nada será igual. Similar, si en pocos aspectos, pero igual: nunca.

Y por ello tenemos rebrotes puntuales porque han hecho unas fiestas de cumpleaños, con un montón de nuevos infectados, tanto directos como indirectos (incluidos los familiares y amigos que no han ido a la fiesta). Y en este caso también se han infectado una parte de la Jet Set española en una fiesta en Marbella (“A mí no me va a pasar. Soy diferente a esos imbéciles”), con un miembro de la familia real belga de regalo.
O el que se va de vacaciones a Canarias, con fiebre, callado para que no lo descubran (“Si no he pillado el coronavirus es porque estoy inmunizado), y condena a 15 días de cuarentena aislada a 126 pasajeros y tripulación de un avión.

¡Señores! Esto no es un video juego en el que si te pillan los infectados puedes volver a empezar la partida.




Por eso,  si los zombis te pillan, zombi te quedas.

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