“Jugando
a Rol, siempre gano”. Esta es la típica frase del jugador novel, que dice
llevar jugando más años que Matusalén, cuando en realizada ha jugado a
aventuras gráficas, mal llamados Juegos de Rol en los Videojuegos.
Hace
poco hablando con Transmetropolitan (http://quemando-cromo.blogspot.com/)
me indicó que desde el blog de Rolitis Aguda ya hablaron de este tema. Todo
surgió debido a que Sergi, nuestro Máster de D&D Básico (Ediciones Borrás),
nos permite usar personajes duales; o sea, con más de una profesión. Estamos
con un grupo más o menos estable y con ciertos años de experiencia (desde2 ó 3
años, hasta más de 30, como es mi caso), pero hice la broma de que si entra
algún novel, podría pedir hacerse un mago-clérigo-guerrero, como en los
videojuegos, por lo que no llegan a entender estos noveles el porqué no puede
llevarlo. (y me ha pasado en otras partidas).
Todo
esto venía por que recuerdo partidas gloriosas de jugadores de videojuegos que
toman por primera vez el escabroso mundo del Rol; empezando por qué se debe
investigar antes que atizar, que es mucho más fácil hacerse un personaje nuevo
en medio de una partida, de los que suele creerse la gente y, sobretodo, porque
debe interpretar. Recuerdo durante una partida ya muy lejana, que un jugador
novel llevaba a un clérigo, que como no conseguía la información necesaria,
saco el martillo de guerra y exclamo gritando “Te pego… Porque te tengo que
pegar!!”. También recuerdo al típico “listillo” que en medio de un combate, soltó
aquello de “¿con qué combinación puedo ganar fácilmente a mi enemigo?”…
supongo, aun hoy, que se refería a la combinación de teclas para la típica
trampa de ganar en PC.
Muchos de
los jugadores de videojuegos, viendo la dificultad real de los juegos de rol,
en especial la de interpretar y tener que interactuar con compañeros reales y
jugar en equipo, desaparecen y no se les ve el pelo nunca más. Pero algunos,
pocos, les llega a gustar en sobremanera este nuevo juego para ellos, El Rol,
por lo que abandonan su obsesión por los videojuegos y se convierten en asiduos
del Rol; alguien me dijo que la complejidad y dificultad de interactuar con
otros jugadores, la amplitud de posibles direcciones a tomar y la imposibilidad
de prever lo que hará el Máster, es lo que más les atrae. Supongo que esto mismo es lo que rechazan el
resto de videojugadores: demasiado complejo, no previsión de lo que hará el
juego, no poder repetir para mejorar puntuación, no poder jugar en solitario y,
parece ser el denominador más importante, no poder hacer trampas.
En
algún sitio he leído hace poco que “la Vieja Guardia”, al inicio del Rol en
España, hacíamos partidas de mucha acción y se sabía quien era el malo. No se
si con esta definición se refiere a los “nuevos-viejos” jugadores que
aparecían en un club diciendo que
llevaban el doble de tiempo jugando del
que realmente llevaban, especializados en partidas de pega-pega y mata-mata.
Cuando yo jugaba allá a principios de los 80, las partidas eran de mucho
investigar, desmontar y salvar trampas, resolver rompecabezas complejos y si al
final te pegabas con alguien que creías que era el malo maloso, resultaba ser
el esbirro de turno, con poca inteligencia, pero con muy mala leche. El buen
Máster de aquella época, creaba a los Señores del Mal al estilo “Spectra”: todo
el mundo sabía que existía, pero nadie sabía quién era. Además es lógico que se
creara este tipo de malo maloso, ya que era la época gloriosa de 007 con Roger
Moore y todas las películas de los malos ocultos tras el telón.
Después
de “la Vieja Guardia”, después de un par de generaciones, en especial a principios
de los 90, aparecieron los Máster que les encantaba meter partidas de tirar y
tirar dados para todo, por lo que premiaban la poca interpretación frente a la
suerte de los dados. En fin, ya contaré en otra ocasión más batallitas del
abuelo Cebolleta. Pero los jugadores y Másteres de mucha acción, de saber de
casi antemano quien es el malo de la historia y de muchos combates, son los del
final de la 2ª generación y los de 3ª generación /entre 15 y 20 años). Lo que
nosotros llamábamos “La Generación del Pega-pega, Mata-mata”. Desde la revista
Nereid, estábamos constantemente denunciando esto y proponíamos aventuras al
estilo antiguo, de investigación.
Saludos
Papá Vader.
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