martes, 17 de mayo de 2011

[General] La Leyenda Urbana de la Busqueda del Vellocino de Oro

Archivo:Jason Pelias Louvre K127.jpg


Yo supongo que la búsqueda del Vellocino de Oro no ha terminado nunca y siempre hay gente dispuesta a ello, tal como pasa en estos momentos que de nuevo aparecen buscadores, como sucede cíclicamente cada cinco años, más o menos. 
La búsqueda de ese sueño mitológico, sobre el que cuentan que el que lo consigue se convierte en el rey, sigue muy en boga en nuestros días, aunque parezca mentira, desde los tiempos de los griegos. ¡Jasón, Jasón, mal hiciste en ser el primero en ir a buscarlo!

Después de más de 3 décadas que llevo dedicadas a los hobby, he visto esta historia repetida unas 5 ó 6 veces y siempre con el mismo resultado: un desastre.

Cuando el mundillo de los hobbies - en especial aquellos que los “normales” han denominado genéricamente como mundillo friki -, hay alguien que despunta sobresaliendo realmente, aparecen los buscadores del Vellocino de Oro, con la intención de quedarse con la titularidad de rey de los frikis.

Siempre existe alguien que despunta, por norma general de forma involuntaria, en el mundo friki, sea cual sea su especialidad (Roleros, aficionados al Manga, Wargamers, Lolitas, Dieselpunkers, Pin-ups, Steampunkers, Góticos, etc.), detrás aparecen una serie de imitadores que pretenden llevarse el estrellato a su bolsillo. 
Durante un corto lapsus de tiempo, este destacado individuo, involuntario por norma general, se convertierte en referente del mundillo y empieza a ser conocido; se le invita a entrevistas dentro de los medios de comunicación (radio, prensa) y se consigue que esta facción o tendencia del hobby se haga conocida e, incluso, que no parezca dañina a la sociedad, bien por esta persona referente o bien por el motivo que sea. 
Pero de repente sucede un hecho constatado que es la implosión, dentro de esta tendencia, de la aparición de nuevos miembros surgidos o provenientes de otras tendencias muy dispares, cual sarpullidos de Moway, y a veces, que no tienen nada que ver con esa tendencia en cuestión (jugadores que dicen ser de Rol, que se tiran tardes enteras jugando al Monopoli, los he visto a mansalva, oiga!). 
Y curiosamente estos neofitos son los primeros en decir que lleva muchos más años (en la sombra) que el resto de compañeros.

Cuando esta crecida demográfica de nuevos adeptos al hobby surge, algunos de los miembros recién llegados - son los que suelen clamar diciendo que son más viejos en el mundillo que los años de Matusalen y que son ellos los que deberían ostentar el liderazgo del mundillo-, por norma general, intentan despuntar a base de mentiras, engaños, faltas de lealtad hacia sus más allegados y otras penurias más dignas de algún síndrome psicológico relacionado con cierto personaje de libro infantil, conocido por ser el protagonista de unos dibujos animados de Disney, con el don de volar hacia la estrella de la derecha, "volando hasta que amanezca". 

Estos buscadores del Vellocino de Oro suelen buscar una de las dos cosas más importantes para ellos. 
Por un lado hay quien busca obtener el poder a toda costa (ser el Rey), sin importarle nada ni nadie; esto suele terminar con la destrucción de una entidad o asociación, por el simple hecho de querer mandar. La lástima es que suelen ser personas con una marcada falta de responsabilidad, por lo que si han conseguido el poder en esa agrupación, durante un corto espacio de tiempo, hasta que surge el primer problema serio en el que deberían tomar decisiones, delegando en otros y, cuando ya no se puede recuperar el daño hecho, desaparecer a velocidades asombrosas. 
Se debe tener en cuenta que este tipo de gente suele querer el mando de las asociaciones, porque piensan que es el primer paso para poder entrar en una empresa “friki”, o crearla, y vivir de ello para el resto de su vida, cual funcionario del estado.
La otra cosa que sele ser también importante para este tipo de individuos, cuando el poder no está a su alcance o han sido desestimados para ello, debido a que ya lo han intentado anteriormente en otros lares con resultados idénticos (aunque siempre es "por culpa de otros"), es el aferrarse a la lucha por “ser alguien”.
Cuando les he pregunta el porque es tán importante "ser alguien", teniendo una obsesión demesurada por destacar sea al precio que sea, siempre comentan que quiere “que su nombre perdure en el tiempo y sea reconocido por otros personajes relevantes del mundillo”.
La lástima es que como son personas con un poder de responsabilidad terriblemente bajo, mediodres, suelen liar los temas de mala manera y a la corta, también desaparecen del escenario, por la puerta de atrás y a hurtadillas.

Este tipo de personajes se les puede fácilmente reconocer por varias características peculiares, repetitivas y constantes en la gran mayoría de casos. 
Por un lado suelen llenarse la boca con frases alegóricas a la realización de muchas actividades, en especial eventos externos, para darse a conocer al resto del universo (una de las obsesiones de este tipo de gente: que le conozca todo el mundo, en especial las empresas del mundillo). 
El primer problema radica en que suelen embriagar con bonitas palabras a un numero de colaboradores, para que estos hagan el trabajo de montar, organizar y crear esta actividad; con ello consiguen matar dos pájaros de un tiro, ya que por un lado, si sale bien la actividad, irán anunciando a diestro y siniestro que ha sido él el único organizador (cosa que suele costarle la perdida de la mayoría de los colaboradores, como es lógico); y por otro si la actividad sale mal, será el primero en echarle las culpas a todos los colaboradores, lavándose las manos cual Poncio Pilatos en la antigua Jerusalem (cosa que también suele costarle la perdida de la mayoría de los colaboradores, como es lógico). 

Aquí en Cataluña hace años hubo un eslogan patrocinado por la Generalitat que, muy sabiamente, decía: “El trabajo mal hecho no tiene futuro, el trabajo bien hecho no tiene fronteras”. 
Creo que debería ser una máxima para todos nosotros, pero hay gente que, como ya sabemos todos, sólo quieren el éxito con el mínimo esfuerzo y si es el esfuerzo de los demás, mejor todavía. 
Como siempre, la responsabilidad de hacer las cosas bien hechas, le pesa demasiado a los buscadores del Vellocino de Oro.

Otro de los indicadores por el que se puede reconocer a los buscadores del Vellocino de Oro es por la constante falta de respeto y mentiras hacia la gente que posee criterios propios y no coincidentes con su misma opinión; y una nueva obsesión persecutoria hacia los que no se doblegan ante sus imperativas exigencias, claro está.

Esto, además, puede llegar al sumo en el momento de la llegada de la envidia malsana (sólo en el caso de que si alguna vez la envidia fue sana). 
Con esto me refiero a que cuando todo lo que han hecho se ha derrumbado – cosa que se quiera o no, afortunadamente, más tarde o más pronto, siempre pasa – suelen despotricar abiertamente y soltar frases lapidarias, que le dejan más en entredicho a él que al resto de la humanidad, sobre que el trabajo de “los otros” no está bien hecho, que es una… (defecación con muy mala olor) e intentarán por todos los medios de que se hundan como a él le ha sucedido. 
Y lo más lamentable de todo es que aun siendo claro que él es el único culpable de lo que le pasa, echará siempre las culpas de lo que le ha sucedido, a los que por cualquier causa destaquen más que ellos o al grupo de gente más antigua, indicando que son cerrados de miras, dictadores dentro de su disciplina, que es una conjura de conspiración en su contra,... y cosas por el estilo.

Las personas no vinculadas al mundillo que ven estas cosas desde el exterior, como meros observadores que son, nos toman a los “frikis” como bichos malos y peligrosos, llegando a acusarnos de herejes, traicioneros y de que nadie en la sociedad puede confiar en nosotros. Normal, la imagen que dan los buscadores del Vellocino de Oro no es otra.

Afortunadamente, estos buscadores del Vellocino de Oro, una vez que ha pasado el ciclón destructor, suelen en su mayoría desaparecer o, en el menor de los casos, quedar relegados a al tercer reino de las tinieblas, en cuyo caso no levantarán la cabeza, seguirán mirando al suelo y si les preguntan siempre les queda el consuelo de poder decir “lo siento, pero se equivoca de persona”.

Llevo más 6 lustros aquí y cíclicamente es siempre lo mismo; ya no me sorprende nada,... Lo único a lo que no me acostumbro es a que sigan apareciendo este tipo de personajes.

Saludos.


Papá Vader.

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