lunes, 4 de agosto de 2014

¿Qué significa ser empático?



 Ser empático es cuando tienes una capacidad innata de sentir y percibir intuitivamente a los demás. La vida de un empático está inconscientemente influenciada por los deseos, sueños, pensamientos y estados de ánimo de los otros. Los empáticos pueden percibir sensibilidades físicas, así como simplemente saber las motivaciones e intenciones de los demás. Se está constantemente procesando los sentimientos y la energía de las otras personas, por lo que podemos decir que realmente siente las emociones de los demás, y en muchos casos se carga con ellas. No es algo que se aprende con experiencia o práctica; o eres empático o no lo eres.

Los empáticos son por norma general triunfadores reservados; no lo aparentan, poco conocidos, ocultos, en segunda línea de fuego. Suelen ser  propensos a no darle importancia a un cumplido; son más propensos a ensalzar lo positivo de otros. Son muy expresivos y emotivos, hablan abiertamente y suelen ser bastante francos.

Pero son solitarios y aparentemente insensibles ante adversidades, incluso algunos pueden aparecer ignorantes, en especial en ciertos temas que se dan por sobreentendido. Y también los hay que son “bloqueadores” de los sentimientos ajenos; y eso no siempre es algo malo.

Los empáticos sienten abiertamente lo que está fuera de ellos más que lo que está dentro de ellos. Esto puede provocar en la mayoría de los casos que los empáticos ignoren sus propias necesidades. En general un empático no es violento ni agresivo y se inclina más hacia ser el pacificador. Cualquier zona llena de desarmonía crea una sensación incómoda en un empático. Si se encuentran en medio de una confrontación, se esforzarán por resolver la situación pacíficamente el problema lo más rápido posible. Si se expresan con palabras duras al defenderse a sí mismos en esa confrontación, se enfadarán consigo mismos por su falta de auto-control.

Los empáticos recogen los sentimientos de los demás y los expresan sin darse cuenta de su origen. Ellos pueden desarrollar un grado aún mayor de entendimiento para poder encontrar paz en la mayoría de las situaciones, aunque muchas veces los oponentes no lo entienden de esta manera.

La desventaja de los empáticos es que suelen reprimir las emociones y construir barreras gigantes a fin de no dejar que los demás sepan de sus pensamientos y/o sentimientos más íntimos. Esta retención de la expresión emocional puede ser un resultado directo de una experiencia traumática, una educación sin expresión, o simplemente de que se les decía cuando niños, “¡Los niños no hablan cuando no se les pregunta!”. Esta retención emocional puede ser perjudicial para la salud, ya que con el tiempo pueden convertirse en dictámenes auto paralizantes. La necesidad de expresarse con honestidad es una forma de sanarse y es una elección abierta a todos.

Los empáticos son sensibles a los programa , películas, noticias y transmisiones de TV o vídeo. La violencia o los dramas emocionales que representen escenas impactantes de dolor físico o emocional en adultos, niños o animales pueden llevar a un empático fácilmente a las lágrimas. Algunos empáticos tienen dificultades para comprender tal crueldad y pueden tener graves dificultades para expresarse frente a la ignorancia, mente cerrada y evidente falta de compasión de otros, ante la injustificación de tanto sufrimiento que sienten y ven.

Por norma general, los empáticos están en trabajos en los que tratan con personas, animales o naturaleza, con una verdadera pasión y dedicación para ayudarlos. Muchos voluntarios son empáticos y renuncian a su tiempo personal para ayudar a los demás sin remuneración ni/o reconocimiento. Tienen un gran interés en la música para satisfacer sus muchos temperamentos expresivos.

Los empáticos suelen ser excelentes narradores debido a una imaginación sin fin y conocimiento cada vez mayor, debido a su constante ansia de saber, en especial la verdad de lo que sucede. Suelen ser románticos y muy amables. También pueden ser los “guardianes” de los conocimientos ancestrales y de la historia familiar.

Los empáticos conocen innatamente el lenguaje corporal, pensamientos y sentimientos. Su creatividad se expresa a menudo a través del baile, la actuación y los movimientos corporales. Los empáticos proyectan gran cantidad de energía que libera durante sus emociones. Pueden perderse en la música, hasta el punto de estar en un estado de trance, en un nirvana de meditación.

Pueden ser extrovertidos, entusiastas y un placer de estar con ellos, ¡así como altamente humorísticos en los momentos más insólitos! Por otro lado, pueden tener cambios de humor, incluso pasar de estar sereno, a “explotar” en ira repentinamente, por lo que en la mayoría de los casos los que están a su alrededor quieran desaparecer lo antes posible. Los pensamientos y sentimientos que reciben de todos pueden ser tan abrumadores, que sus estados de ánimo pueden cambiar con la velocidad de la electricidad. En un momento pueden ser realmente felices y, de repente, desdichados. La gran mayoría de empáticos no entienden lo que está ocurriendo en su interior. Si no se les explica, no saben que las emociones ajenas se las hacen propias, cosa que les confunde en gran medida en muchas situaciones.

Los empáticos son a menudo solucionadores de problemas, pensadores e investigadores de muchas cosas. Desde el punto de vista racional de un empáticos, donde hay un problema, siempre hay una respuesta, como mínimo. Y si todos los presentes quieren, el empático encontrará el camino a esa solución.

Si la vida no es estimulante, un empático se inhibirá desconectando la mente. Si un profesor imparte clases con poca o ninguna interacción emocional, los empáticos no serán receptivos a este tipo de enseñanza, se aburrirá e iniciará un estado de ensoñación. Si se le da al estudiante empático un profesor que habla con estímulos y emociones, será receptivo y se interesará plenamente por el tema.

Los empáticos con frecuencia experimentan “déjà vu”. Esta sincronicidad puede provocar un sentimiento de euforia cuando el empático se identifica con ellas y aprecia la conexión a su naturaleza empática.

En definitiva, y a modo de resumen, los rasgos más comunes de los empáticos son:

Conocimiento.

Los empáticos simplemente saben cosas, sin que se las haya dicho nadie. Es un conocimiento que va mucho más allá de la intuición o los sentimientos. Si alguien está diciendo mentiras, él lo sabe. Si alguien está diciendo una cosa, pero sintiendo/pensando otra, también lo sabe. Incluso en la revelación de lo que muchos otros consideran impensable, por ejemplo, los empáticos habrían sabido que el mundo era redondo cuando otros creían que era plano. 

Sentir las emociones de otros y llevarlas como propias.
Los lugares como centros comerciales, supermercados o estadios deportivos en los que hay mucha gente reunida, pueden llenar a un empático de las emociones turbulentas que vienen de los demás, las hace propias y las expresan abiertamente. Observar violencia, crueldad o tragedia en la televisión es insoportable y puede hacer que finalmente tenga que dejar por completo de ver televisión y leer periódicos. El alcohol, las drogas, el sexo, son algunas de las adicciones a las que los empáticos pueden recurrir para bloquear la llegada de las emociones de los demás. Es una forma de protección de sí mismos con el fin de esconderse de alguien o de algo. 

Siempre mirando hacia los desvalidos.

Cualquier persona sufriendo, con dolor emocional o siendo intimidado, llama la atención y compasión de un empático. PERO CUIDADO, un empático puede convertirse en un vertedero de los problemas de todos los demás, que, si no tienen cuidado, pueden terminar como propios. 

Los trastornos: digestivos, problemas de espalda.

Cuando un empático siente las emociones ajenas, las nota básicamente en el centro del abdomen, lo cual puede debilitar el área y, finalmente, dar lugar a trastornos digestivos. Los dolores de espalda suele ser debido a la tensión sufrida debido a estrés de buscar soluciones de los problemas. Una de las peores pesadillas de un empático es que casi siempre desarrollará los síntomas de las dolencias de otro (resfriados, infecciones oculares, dolores en el cuerpo, sufrimientos, depresiones), especialmente de aquellos más cercanos. Como los empáticos a menudo agotan su energía, ya que constantemente la están “regalando” a los más necesitados, o gastándola en solucionar problemas, por lo que ni con el descanso o el sueño “reparador”, no consiguen recargarse al 100%.

Creativos.

Desde cantar, bailar, actuar, dibujar o escribir, un empático tendrá una fuerte vena creativa y una vívida imaginación. 

El amor a la naturaleza y a los animales.

Estar al aire libre en la naturaleza es una necesidad para los empáticos, y las mascotas son una parte esencial de sus vidas. 

Necesidad de soledad.

Un empático se vuelve loco si no tiene tiempo para estar tranquilo. Esto es aún más evidente en los niños empáticos. Un empático puede mirar al vacío durante horas, en un mundo propio y completamente feliz. 


Se aburre o distrae con facilidad si no es estimulado.

El trabajo, la escuela y la vida familiar tiene que tener interés para un empático, o se desconectan de él y terminan soñando despiertos. 

Le resulta imposible hacer cosas que no disfruta.

Se siente como que están viviendo una mentira al hacerlo. Forzar a un empático a hacer algo que no le gusta a través de culpabilidad o etiquetándolo como inactivo, sólo servirá para hacerlo infeliz. Es por esta razón que muchos empáticos pueden ser etiquetados como perezosos. 

Se esfuerza por conocer la verdad.

Tener preguntas sin respuesta puede ser frustrante para un empático y hará todo lo posible para encontrar una explicación. Si saben algo buscarán una confirmación. La desventaja de esto es una sobrecarga de información. Cualquier cosa falsa se siente simplemente errónea. Esto se hace más frecuente cuando un empático descubre sus dones y derechos de nacimiento.

Le gusta la aventura, la libertad y los viajes.

Los empáticos son espíritus libres. Cualquier cosa que le quite su libertad es debilitante e incluso como un veneno para un empático. Por ello es prácticamente imposible “esclavizar” o tener como discípulo a un empático.

Detesta el desorden.

El desorden y el caos hace que se sienta agobiado y bloquea el flujo de energía. 

Propenso al sobrepeso sin necesariamente comer en exceso.

El exceso de peso es una forma de protección para detener las energías entrantes negativas que tienen tanto impacto. 

Excelente oyente.

Un empático no quiere hablar mucho de sí mismo a menos que sea con alguien en quien realmente confía. A ellos les encanta aprender y conocer acerca de los demás y preocuparse genuinamente. 

Intolerancia al narcisismo.

Aunque son amables y a menudo muy tolerantes con los demás, a los empáticos no les gusta estar rodeado de gente excesivamente egoísta, que se ponen en primer lugar y se niegan a considerar los sentimientos o puntos de vista distintos de los demás. 

No va a optar por comprar antigüedades, cosas vintage o de segunda mano.

Cualquier cosa que ha sido propiedad de otra persona lleva la energía del anterior propietario. Un empático incluso prefiere tener un auto nuevo o una casa (si se encuentran en la situación financiera para hacerlo) sin energía residual. 

Puede aparecer de mal humor, tímido, distante, desconectado.

Ellos pueden ser propensos a los cambios de humor y si han tomado demasiados sentimientos negativos ajenos, parecerán tranquilos y poco sociables, incluso deprimidos. Un empático detesta tener que fingir ser feliz cuando están tristes, esto sólo aumenta su carga (hace que el trabajo en la industria de servicios, cuando hay que servir con una sonrisa, sea muy difícil) y puede hacer que se sientan como aplastados debajo de una piedra.

Si usted puede decir que sí a la mayoría o la totalidad de lo anterior, entonces eres definitivamente un empático.

Los empáticos están teniendo un momento particularmente difícil en la época actual, recogiendo todas las emociones negativas que la población está emanando al mundo.

Saludos
Papá Vader

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